Estas zapatillas que originariamente se concibieron para jugar al bádminton y que fueron toda una revelación en su época debido a los materiales, el diseño y el modo de fabricación, son hoy en día una de las zapatillas más trendy.
Lo que en un principio eran unas zapatillas fabricadas de manera natural, aunque es cierto que se hacían grandes tiradas, por una pequeña fábrica danesa, se fue adaptando al mercado y a sus necesidades poco a poco.
Algunos se atreven incluso a decir que son zapatillas ecológicas, pues los materiales con los que se fabrican, la goma, el algodón y el ante, son completamente naturales.
Además, se trata de materias primas cuyo origen es europeo, por lo tanto podríamos decir que son las primeras zapatillas realmente autóctonas del continente.
Pero lo que realmente llama la atención, sobre todo por lo inusual, es que su modo de fabricación y producción en serie sigue los mismos procedimientos que en el momento en el que comenzaron a crearse.
Esto es posible gracias a que aún conservan la misma maquinaria que hizo que la mayoría de los trabajadores daneses contaran con al menos un par de estas zapatillas en sus armarios.
Pero la clave del éxito y características especiales de este calzado reside, además de en la mencionada tradición y ecología, en la vulcanización.
Mientras que el resto de fábricas europeas y asiáticas producían sus zapatillas mediante vulcanización en frío, lo que les llevó a utilizar materiales sintéticos, en la compañía de calzados Kawasaki continuaron realizando la vulcanización caliente, que sólo puede conseguirse con materiales no inflamables y por lo tanto es la razón principal por la que están fabricadas con elementos exclusivamente naturales.
Debido a esta pesquisa, la unión de la suela a la lona o al antes es completamente uniforme y parecen estar hechas de una sola pieza, por lo que la marca de zapatillas puede presumir de una resistencia y agarre casi perfectos.
Gracias a la popularidad que han alcanzado las zapatillas y debido a los distribuidores repartidos por los numerosos países en los que se comercializan, esta forma de producción sigue viva y permite que en esta era de los materiales sintéticos y las fabricaciones en masa de artículos impersonales, podamos presumir de un calzado realizado a base de materiales naturales y casi completamente ecológico.
Quizás la clave de su éxito sea su fabricación prácticamente manufacturada, su modo de producción y los materiales en que se realizan.