Ya conoces toda la información necesaria para reconocer si tus zapatillas son originales, sabes cómo se fabrican, conoces la historia de la marca, sabes dónde comprarlas, incluso adquirir las kawasaki baratas, además has descubierto todos sus modelos. Después de haber asimilado todos estos conceptos, puede que aun así te preguntes lo siguiente: ¿por qué estas zapatillas no pasan de moda? ¿Por qué siguen utilizando los mismos métodos de fabricación que hace treinta y cinco años? Y sobre todo, ¿Por qué se han vuelto tan populares?
La respuesta es muy sencilla, todo lo antiguo vuelve convertido en moda retro. La industria de la moda es cíclica y si haces un repaso por su historia te darás cuenta de que, eso sí, con algunas variaciones, cientos estilismos vuelven al mercado una y otra vez. Y si no, ¿por qué iban a vestirse, maquillarse y peinarse las chicas a la moda pin-up de los años cincuenta? O ¿quién iba a decirnos que volveríamos a utilizar los pantalones pitillo y las americanas? (gracias a dios sin esas antiestéticas hombreras gigantes) que tanto se usaron en los ochenta. Todo vuelve y cualquier cosa que encuentres en el armario de tu madre y te lo coloques con gracia puede ser tan vintage como un vestido que acabas de comprarte en una tienda del barrio de Malasaña de Madrid o el de Gracia de Barcelona. Aquel que sabe verlo y encuentra un producto de calidad que hace furor, tiene el negocio asegurado.
Por otra parte, hoy en día las calidades, por obra de las fabricaciones masivas en serie, en ocasiones dejan bastante que desear. Esta es una de las claves del éxito de la marca, que asegura su resistencia, lo natural de sus materiales y que su modo de fabricación sigue las pautas de las zapatillas originales. ¿Alguna vez has pensado que ya no se hacen zapatillas como las de antes? ¿De vez en cuando sale de tu boca un “si es que antiguamente todo se hacía mejor”? Pues esto es algo que aprovechan en sus campañas de marketing y funciona realmente.
Y por último, nos gustaría señalar que la popularización en masa de un producto en ocasiones es pura cuestión de suerte o de ganas de ser original. Nos referimos al hecho de que muchas veces existe un pionero de la moda que decide colocarse algo que crea tendencia, es decir, que se contagia a sus alrededores y acaba siendo un fenómeno de masas. Claro ejemplos de este comportamiento son las generalizaciones de productos como los relojes Casio que todos llevábamos al colegio en los ochenta y que ahora llevan todos los que se consideran retro o las gafas de estilo aviador. Si hace cinco años hubieras llevado puestos una de estas gafas o relojes, te habrían llamado anticuado.